Descripción
Alfabeto ruso
Palabras que cruzan la estepa
La idea del Alfabeto ruso surgió de un apunte que había quedado de un libro anterior, el Diccionario de ruso. La nota tenía una sola palabra, abecedario. La desenrollé escribiendo un texto para cada una de las letras del cirílico. Cada letra se convirtió en un recorrido por un aspecto de la cultura rusa: de la literatura, por supuesto, pero también de los diccionarios, los corpus, las películas, los envoltorios de golosinas, los dibujos animados, los animales, las colecciones de fotos, las crónicas fílmicas y los proyectos de humanidades. El resultado fue un conjunto de textos más largos y menos fragmentarios que los del Diccionario, pero los recorridos fueron también posibles solo a partir de la lengua, a partir de las letras. Después de las minúsculas quise seguir escribiendo. Añadí las mayúsculas y el libro quedó terminado.
Marina Berri es Licenciada en Letras y Doctora en Lingüística por la Universidad de Buenos Aires. Es investigadora adjunta en el Conicet, trabaja como docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento y en la Universidad de Buenos Aires. Investiga temas de semántica léxica, neología y lexicografía.
En 2017 recibió el tercer premio de la Fundación El Libro por el volumen de cuentos Antes de África y en 2015, el primer premio del Concurso Haroldo Conti por el cuento “Proyecto Gógol”. En 2019 se le concedió el segundo premio de la Fundación El Libro por el volumen de cuentos Arvejas negras (2023). En 2022 recibió el segundo premio en el concurso Hebe Uhart por la novela Moscú que ya no existe (2024). Publicó la novela Fantasmas (2019), Diccionario de ruso (2020) y el libro infantil Verde botella, celeste aire (2024), en coautoría con Eduardo Abel Giménez e ilustrado por Christian Montenegro.